
ESTAMOS AHÍ
CUANDO NOS
NECESITAS

LA LABOR DEL MAESTRO
Lamentablemente no existe un concepto claro de lo que es la calidad en la educación. Se trata de contar con los maestros que no simplemente vayan por el salario, se requiere más que esto. Se requieren maestros comprometidos que busquen la cara del alumno, que busquen entender , ayudar y sacar adelante al alumno para que encuentre una empatia con el sistema educativo, el maestro o la escuela misma y le agrade el estar asistiendo a un lugar así.
Otra verdad es que muchos maestros no han sido formados bajo un sistema de calidad y por lo tanto no pueden dar lo que no tienen, es una penosa realidad. La verdad de todo esto es que no hay calidad en la educación por que muchos maestros no han asistido formados bajo un sistema de calidad y en ese sentido se repite la misma realidad. Por otra parte algunos padres de familia buscan hacerles un bien a sus hijos, en ocasiones buscan la educación particular o privada, la cual en muchas ocasiones es buena, pero hay un mito y este es, que toda la educación privada es de mayor calidad. Este es un mito porque no siempre es verdad, como tampoco es verdad que toda la educación pública es de mala calidad, la verdad es que existen escuelas públicas de buena calidad así como también de mala calidad. Existe la idea de que por el simple hecho de que las escuelas privadas lleven computación, ingles, danza, música, ya las hace gozar de la fama como escuelas de calidad, esto en algunos casos es completamente falso.
Se pueden encontrar escuelas en las que tienen una sala de cómputo y maestros asignados a la materia, pero los alumnos se la pasan jugando en la computadora, cuando los niños tienen la capacidad real de aprender computación. En muchas escuelas llevan música, pero como mero entretenimiento, no se les explica la importancia de la música en el desarrollo de los niños y jóvenes. Por otro lado existan escuelas que son catalogadas de alta calidad por el nival de exigencia que tienen, en realidad estos son dos aspectos distintos; una es la exigencia y otra la calidad, no son excluyentes pueden estar siendo una realidad en una misma escuela.
MOTIVANDO A LOS ALUMNOS
Una escuela puede ser de calidad y exigente, pero puede ser que otras escuelas sean solamente exigentes y no sea de calidad y este tipo de escuelas van a marginar al joven que supuestamente es incapaz de sacar adelante sus estudios, y lo van a hacer a un lado, porque tienen muchas exigencias esa escuela, pero no tiene un compromiso real con el alumno. En cambio las escuelas que tienen calidad, convierten en capaz a aquel alumno que supuestamente es incapaz, esta es la fase es la diferencia entre exigencia y calidad. Es equivocado pensar que la deserción escolar se debe solamente a problemas como la economía familiar, pues supuestamente como ya lo hemos visto a los jóvenes no les gusta estudiar porque no les llama la atención. Sucede que los adolescentes deben aprender y descubrir que el éxito en la escuela requiere de tiempo y esfuerzo. Son muchas las cosas que compiten por la atención de los jóvenes quienes, muchas veces esperan que la escuela y sus actividades sean siempre emocionantes. En casa podemos alentar y dar oportunidades a nuestro hijo, enseñarle que los altos logros académicos generalmente exigen un verdadero esfuerzo; que en la escuela y en la vida pueden aprender, crecer y disfrutar mediante actividades que no siempre son pura diversión.
A continuación se ofrecen algunas sugerencias para fomentar la motivación en los adolescentes:
- Dar un buen ejemplo. Los adolescentes aprenden micho al ver a sus papás cumplir con su trabajo y sus obligaciones.
-Enseñarles a ponerse metas y a trabajar para alcanzarlas. Ayude a su hijo a comprender el valor de enfrentar los desafíos y a descubrir la satisfacción que produce superarlos.
- Ofrecerles la oportunidad de realizar actividades extraescolares. Los adolescentes necesitan tener oportunidades para desarrollar sus talentos. Quizá su hijo necesite algunas sugerencias para comenzar un nuevo proyecto: pregúntenle si le interesa realizar un curso de ingles, una clase de arte o practicar algún deporte.
- Alentarlos con elogios. Felicite a su hijo cuando ha hecho bien una actividad; la tarea escolar por ejemplo.
- Establecer comunicación con la escuela. Comuníquese con los maestros, los tutores escolares o el director de la escuela cuando sea necesario.
- Fijar metas, objetivos realistas. Cuando se les pide a los jóvenes que logren lo imposible, dejan de esforzarse.
- Su hijo es una persona; con sus gustos, habilidades e inquietudes. Déjelo desarrollarse, es decir, a la hora de estimular fortalezca los intereses que el presenta no los que usted considere que debería realizar.
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